La voz del celuloide
http://hdl.handle.net/20.500.12010/2165
2024-03-28T09:19:43ZEspecial Federico Fellini parte III
http://hdl.handle.net/20.500.12010/2116
Especial Federico Fellini parte III
Tercera (y última) parte del Especial Federico Fellini para el Archivo Sonoro de la Emisora HJUT 106.9, el Opus 20. Las últimas y bien ponderadas creaciones del Maestro, fueron 7: Amarcord (Yo me acuerdo), la delirante Fellini-Casanova, el breve Ensayo de orquesta, el carrusel de La ciudad de las mujeres, la operática Y la nave va, La entrevista y… La voz de la luna –tres años antes de su fallecimiento--. En todas ellas, los recuerdos y las fantasías atribuidas al pasado saltan a la vista y… al oído. “Creo que sólo soy un narrador de historias y el cine es mi oficio”. “Filmo porque me gusta contar mentiras, inventar historias y contar cosas que vi, personajes que conocí. Me inventé todo: una infancia, una personalidad, nostalgias, sueños y recuerdos para contar historias”. “Nunca hago juicios morales puesto que no soy censor, cura ni político, no soy más que un narrador y mi oficio es… el cine” –palabras de su autor--. || Primer interludio: Amarcord… Yo me acuerdo, con los tonos evocadores y juguetones de Nino Rota.
Especial Federico Fellini parte II
http://hdl.handle.net/20.500.12010/2115
Especial Federico Fellini parte II
Segunda parte del Especial Federico Fellini para el Archivo Sonoro, el Opus 19, de la Emisora HJUT 106.9. Con magia e inspiración personal a base de fantasías y evocaciones, sus películas siempre se retroalimentaron de Roma y particularmente de Rimini --patria chica en la Emilia-Romagna--: paseos en la playa, colegios de curas, circos o carruseles, mujeres voluptuosas y hombrecillos débiles o presumidos bajo las máscaras de criaturas juguetonas. Según su biógrafo Gilbert Salachas: “Con la esencia de sus obras, pinta el cuadro bullente de una comedia humana”. Porque Federico abstrae los divertimentos profanos para incursionar en la ronda de aquellos duendecillos que proliferan en la mente de su amada Giulietta (de los Espíritus). El cuasi-romano Fellini con sus extravagantes idealizaciones propias recrea la concepción de una película como tal (Otto e mezzo); mientras que brilla en La Strada por su esencia tragicómica, nos conmueve cuando se mete en el alma de una prostituta engañada (Las noches de Cabiria) y llega a la apoteosis creativa de la mundanidad en La dolce vita. || Primer interludio: la Pasarela de Ocho y medio, por el infaltable Nino Rota.
Especial Federico Fellini parte I
http://hdl.handle.net/20.500.12010/2114
Especial Federico Fellini parte I
Primera parte del Especial Federico Fellini para el Archivo Sonoro, el Opus 18, de la Emisora HJUT 106.9. Nacido en 1920 en el balneario costero de Rimini, a orillas del Adriático; falleció en Roma, la Ciudad Eterna y de sus sueños en 1993. Creador de un mundo propio habitado por ensoñaciones, recuerdos y fantasías, Fellini estuvo bastante comprometido en sus inicios con el movimiento neorrealista. En efecto, asistente del director Roberto Rossellini y coguionista de Paisá y Roma cittá aperta. Incluso se llegó a decir que era la única persona capaz de competirle al gran escritor para cine Cesare Zavattini –asociado con el sello tierno y populista de Vittorio De Sica--. Así es que las primeras películas del talentoso poeta y caricaturista mantienen trazos de un espectáculo sin pretensiones, sea music-hall o teatro de barriada. Primero fueron los años cincuenta: Luces de Variedades --itinerario de carretera, triste y lastimoso, interpretado por un grupo de artistas sin una lira en el bolsillo--, El jeque blanco alude a una estrella de fotonovelas que seduce a la recién casada en luna de miel con un peregrino que viaja a Roma en audiencia papal, I Vitelloni (Los inútiles) se refiere a unos cuantos vividores provincianos que rompen corazones o se dejan arrastrar por el ocio, e Il Bidone, o Los estafadores, con las desventuras de unos curas disfrazados y sin escrúpulos. || Música de Felice Lattuada para acompañar los créditos iniciales de Luces de Variedades.
Especial Luchino Visconti parte III
http://hdl.handle.net/20.500.12010/2113
Especial Luchino Visconti parte III
Tercera (y última) parte del Especial Luchino Visconti para el Archivo Sonoro, el Opus 17, de la Emisora HJUT 106.9. En torno a sus últimas creaciones: Los malditos, o La caída de los dioses (en 1969), Grupo de familia en un interior --su testamento de 1974--, y la cinta póstuma El inocente –según el melodrama manierista de Gabriele D’Annunzio en 1976--. Todas ellas tratan sobre la decadencia social y moral, con el desarrollo de pasiones enfermizas y autodestrucciones individuales. Antecedidas por Vagas estrellas de la Osa Mayor, o Atavismo impúdico en 1965, por cuanto Sandra –encarnada por Claudia Cardinale-- regresa a su casona familiar donde salen a relucir secretos inconfesables del padre judío sacrificado, la madre heroinómana, el hermano incestuoso y un padrastro delator. En El extranjero, dos años más tarde, adaptó la novela homónima de Albert Camus, con un melancólico Marcello Mastroianni quien se apropia del dilema existencialista y la mente confundida del culpable de un asesinato por el solo hecho de no haber llorado la muerte de su madre. Al culminar el tributo a Visconti, intercalamos en la parte final cinco segmentos de los acompañamientos musicales que él mismo seleccionara para El inocente diez días antes de fallecer. Son ellos: una canción de cuna y un vals de Chopin, el rondó a la turca de Mozart, un aria desgarradora de Gluck y una nota viajera de Liszt. || Ilustremos Los malditos, o La caída de los dioses, con un apoteósico segmento wagneriano: Muerte de Sigfrido y Marcha de funeral.